domingo, 6 de junio de 2010

El misterioso caso de Obélix Heredia

José Ramón Heredia siempre tuvo un talento sobrenatural. Con año y medio ya era capaz cruzar el parque de El Retiro con su triciclo de madera. Seis meses después y aún incapaz de diferenciar entre una deposición con o sin pañal, ya aprendió a montar en bici sin ruedines. Su madre creía que era algo grandioso y único en la historia. Su padre, auxiliar de una farmacia de Carabanchel era algo más escéptico ante los méritos de su hijo.

Con cinco años el pequeño José Ramón terminó su primer triatlón quedando por delante de algunos atletas olímpicos. Sólo se le atragantó un poco la parte de agua, era algo normal porque los manguitos y el flotador del Real Madrid ejercían demasiado rozamiento. Algunos medios locales ya se hicieron eco de ese niño que hacía cosas increíbles. Incluso, 'periodistas' de lo paranormal como Iker Jiménez le propusieron ir a su programa por entonces de radio. El niño dijo que sólo iría si Carmen se tomaba ese día libre, Iker no cedió y perdió su gran entrevista.

A los doce años tuvo un pequeño romance con el fútbol. Aunque no era de apariencia fuerte, nunca perdió un balón al choque en el torneo de Brunete. De hecho en un lance del juego, consiguió sacarle el hombro a uno de los negritos del Barcelona con una simple carga legal. El propio José Ramón de la Morena empezó a llamarle sobrino, ahijado y más cosas, lo que puso muy celoso a Andrés Iniesta.

Poco después, cuando ya militaba en el equipo ciclista junior de Fuenlabrada y ejercía de jefe de equipo, se marchó a Italia a correr la clásica siciliana. La mafia robó todas las bicis menos la suya, nunca consiguieron atraparlo. El gran problema llegó cuando tras ganar la prueba lo obligaron a mear en un frasquito. José Ramón, que se había aliviado antes de la carrera para perder los nervios, tenía las tuberías algo congestionadas y le costó acertar dentro del bote.

Los resultados desconcertaron a todos, el propio Alejandro Valverde acusó de tramposo al pobre adolescente. Era un 88% de hematocrito en sangre, un 38% más de lo permitido. Pero José nunca tomó nada y negó todo. Fue sancionado de por vida y entró en una profunda fase de introspección. Estudio INEF, donde batió varios records del mundo obviamente sin homologar. El día de su graduación, su padre lo cogió por banda y lo apartó para hablar con él.

-Hijo, tengo que contarte una cosa.-
-Papá, ya sé que hubiera sido mejor que hiciera Informática, que esto no tiene salidas, pero me gusta el deporte.- Contestó resignado JR.
-No, no es eso. Con seis meses te llevé al trabajo y te caíste en un marmita llena de Termalgín. Por eso eres insuperable y por eso no te dejan jugar con los demás.- Dijo el padre con los ojos a punto de explotar a llorar.
-No pasa nada papa. No podré correr nunca el Tour, pero hace un rato me han llamado de una empresa de Taxis-Bici de Barcelona, quieren que haga el turno de mediodía este verano. Por lo visto nadie quiere hacerlo. Y eso te lo debo a ti.- Espetó mientras se fundía con su padre en un abrazo.

3 comentarios:

Pablo dijo...

Bizarrísimo! Grandes los manguitos del Madrid, jajaja!

Anónimo dijo...

Está muy bien, pero no sé que decir,.............

Laura dijo...

Jejejeje. Buen arranque y buen final, molt bé _)