lunes, 26 de mayo de 2008

Día -67. Asignaturas de libre configuración.

Se acerca el final de esta aventura y poco a poco hay que ir haciendo balance, sobre todo a nivel académico. El primer cuatrimestre fue muy ambicioso y con la excusa de ser nuevo y no manejar bien el idioma parece que salió bien. 6 asignaturas y en principio 6 aprobadas, 35 créditos, más de medio curso, nada que objetar. En este segundo semestre ya nos avisaron que tendríamos que hacer algo más.

En un principio todo fue ambición, 7 u 8 asignaturas, a darlo todo. Poco a poco algunas han ido cayendo por dificultad o desavenencias con los profesores. Pero claro han ido apareciendo otras. Ahí entran en juego las asignaturas de libre configuración. Esto no es otra cosa que una iniciativa para que la gente se especialice, en la realidad se traduce en asignaturas sobrantes que la gente hace a desgana y en ocasiones con más dificultad que las obligatorias.

Pues eso, rehaciendo mi planing de asignaturas un amigo me dijo que tenía una que era muy fácil de aprobar. "Introducción a la Psicoterapia en la edad adulta" se hace llamar dicha asignatura. No pertenece a periodismo, pero si con ello me regalan 6 créditos de libre configuración con la gorra, de maravilla. Todo esto ocurrió hace ya un mes o así, hablé con el profe y me dijo que si ningún problema, que en mayo me entregaría un tema sobre el que trabajar. No parecía muy difícil, aunque tampoco facilísimo.

Hoy era el día para recibir mi tema. He llegado como siempre media horita a clase, me he puesto a leer una novela pues la clase no me interesaba mucho y he esperado al profesor a la salida. "Buenas, venía para saber sobre que tema tengo que hacer el trabajo", el tipo se ha sonreído y me ha contestado "Estress Postraumatico. Tienes que hacer un trabajo de 10 páginas como máximo". Joder... 6 creditacos por un trabajo de 10 hojas está cojonudo he pensado.

Cuando me estaba dando la vuelta para irme, Konrad, que es como se llama se ha vuelto a dirigir hacia mí "Recuerda 10 páginas y en español, nada de alemán, esto es Europa y tenemos que entender también el español". Ante tan estremecedor comentario me he quedado un poco desorientado ¿Para que coño lo querrá en castellano? he pensado por mi fuero interno. Konrad se ha dado cuenta que estaba algo extrañado y se ha apresurado a darme una explicación. "Eu poso leer español" me ha explicado.

A punto de reventar de risa le he dicho que podría incluso entregárselo en gallego que aún tendría muchos menos problemas. Nos hemos despedido cordialmente y me he marchado. Pensándolo fríamente no sé que cojones hago en Alemania haciendo un trabajo sobre estres postraumático en castellano, supongo que será lo que dice él, esto es Europa.

domingo, 25 de mayo de 2008

Día -68. Hacerse el sueco en la Torre de Babel.

Fin de semana extraño el que he vivido, con esto no quiero decir que fuera malo, simplemente raro, bizarro. Todo empezó el jueves a la hora de despertarse, es decir a eso de las 10:30, pues a las 11:00 tenía clase. Como es obvio entre ducha y desayuno llegue como media hora tarde. Tampoco me perdí nada y si me lo perdí da o mismo, porque igual no lo iba a entender del todo. Pues antes de salir de casa el jueves me pidió mi compañera de piso que lavase los cacharros a mi vuelta. "Si, si, no te preocupes, a la vuelta lo hago". Se me hizo un poco tarde y volví a las 18:00, sobra decir que a esa hora estaba todo como el jaspe.

"¡Pero Bueno!, ¿Por qué habéis fregao?" ladré a mi vuelta con una mezcla entre sentimiento de felicidad y remordimiento de conciencia. Las dos me echaron una mirada de arriba a abajo y me dijeron al unisono "es que vienen nuestros padres y queríamos que estuviera todo limpio". Atónito me dí la vuelta y entré en mi habitación, peor me quedé cuando vi que incluso se habían tomado la molestia de meter el tendedero con mi preciosa ropa interior en mi habitación. Con esas esperé espectante a la llegada de los nuevos visitantes.

El viernes por la mañana madrugué bastante y a eso de las 11:00 entré en la cocina con la intención de sustraer un té negro y posteriormente bebermelo. Aunque no los compro yo, ellas también gastan el papel higiénico que yo compro en un 90% de las ocasiones. Adormecido y ataviado con calzoncillos de rayas y camiseta azul celeste de "Mando Diao" hice acto de presencia en la cocina. Había unas galletas con muy buena pinta encima de la mesa, así que decidí comerme una mientras se calentaba el agua para el té. En ese momento entró en la cocina una mujer de avanzada edad, pelo corto y cara de enfado. Volví a sentir como se me observaba de arriba a abajo, me miró a los ojos y me dijo con una sonrisa en la cara "Bon apetit".

Seguía descentrado, no tengo ni papa de francés y me sentía algo ridículo en calzoncillos delante de esa señora. "Muchas gracias, es una pena que en Alemania no vendan cola-cao". Esta claro que no entendió nada de lo que dije, instante seguido vino otro señor y empezó a reírse. Empezó a hablarme en francés, cuando dejó de hablar le dije que no hablaba ese idioma, cogí mi té y me volví a mi habitación para seguir con la vida del gorrino pachón. Pasaron 4 ó 5 horas hasta que volví a salir de la habitación, me duché y me fui por ahí con mis amigos después de la primera toma de contacto con los visitantes.

Con esas llegamos al sábado. Temprano para ser sábado, sobre las 12:00 volví a desayunar a la cocina, allí estaba Liesa y me invitó a compartir con todos los visitantes una suculenta cena en casa. No tenía ninguna gana, pero no podía decir que no y lo peor es que ya había quedado con la colonia española para ver la actuación de Rodolfo Chikilicuatre. Opté por la opción de hacerme el sueco, algo muy mal educado pero a esa gente no la voy a volver a ver en mi vida, que más da. Me desperté de la siesta y me fui al baño porque el perrete estaba a asomando el hocico. Por el camino escuche un tenue "Juan", me di la vuelta y vi a todo el mundo comiendo.

No solo no pude sacar la leña al patio si no que me sentaron y me obligaron a comer. Comida típica francesa decían que era eso, mentira, falso. Aquello era fuet de Casa Tarradellas y jamón de Campofrio, de todos modos tampoco vamos a ponerle pegas. Aquello parecía la Torre de Babel, unos me hablaban en francés, otros en alemán, a unos les contestaba en alemán, a otro en castellano, vaya que al final me hice un lío de cuidado. Aguanté una horita con ellos sin saber de lo que hablaban y con la educación que me han provisto mis padres me despedí.

En resumen... la torre de Babel no existe. Una vez allí me intente hacer el sueco y la gente entendió perfectamente mi idioma.

miércoles, 21 de mayo de 2008

Medicina Popular. Consejos Varios.

Hola amigos de lo ultraterrenal. Hoy traigo un par de consejillos para paliar algunos de los problemas más habituales y temidos por la juventud actual. No están ni mucho menos probados y han de pasar por un periodo de prueba pero no obstante os invito a probarlos sin ningún tipo de problema. Puede que no funcionen, pero desde luego tampoco son contraproducentes.

El primer consejo reza contra uno de los mayores miedos de la juventud masculina: La alopecia. Por cualquiera que sea el motivo esto pasa y muchas veces en jóvenes, por ello es normal tenerle cierto miedo y respeto. Los genes son los genes y por mucho mapa del genoma que eso parecía que iba a ser la polla esto es inamovible. Una vez que empieza a caer no para.

Andando el otro día por Leipzig con los amigos vimos una de las posibles ideas que triunfen en el futuro. Lo normal si se te empieza a ver el cartón es raparse o cortarse el pelo bastante para tratar de disimularlo. Esto es una medida tardía y en muchos casos, la mayoría erróneo y que ralentizar el proceso, lo ralentiza. Lo más triste de todo esto es que el pelo se haya convertido en un simple complemento de moda. No olvidemos que el pelo tiene la función de proteger la "almendra", la "quijotera".

Tras una larga diatriba y mucho debatir llegamos a la conclusión que la alopecia es algo que hay que frenar desde antes de que aparezca, para ello habría que obviar su función como complemento de moda. Desde Medicina Popular aconsejamos las rastas como sistema de prevención en la caída del pelo. También es altamente recomendable lavar el pelo poco. Por todos es sabido que el champú es detergente para las cabezas y corroe mucho.

Esto tiene una base científica. Si llevas el pelo con rastas y bastante gorrinete no solo el pelo se agarra mejor a la piel, si no que en el caso de caer se adhiere al matojo de pelo antes de caer al suelo. Es decir, el pelo puede caerse pero seguiría sujeto a la cabeza. Esta es la mayor ventaja aunque tiene un gran problema aun no testado.

De caer mucho pelos y quedar adheridos el contrapeso podría ser mayor que la fuerza que los pelos aun sujetos ejercen. Esto haría una palanca y podría hacer caer una rasta de una sola vez. Esto podría generar algunas situaciones algo violentas. En conclusión, aunque aun no esté probado recomendamos encarecidamente probarlo y ya de paso me reenviáis un informe con los resultados.

martes, 13 de mayo de 2008

Día -80. Especial de Pentecostés

Como los más grandes de la historia, después de un periodo tan extenso de descanso, ocio y vacaciones voy a intentar dejar satisfecha vuestra ansia de lectura con un relato largo. Sí, un largometraje. Es realmente complicado porque dar orden y concierto a tantas cosas me va a costar un poco, pero aun así me veo capaz. Primero como siempre os pongo en situación. Son las seis de la tarde, hace 25 grados en Leipzig y me estoy clavando una cerveza. Beber solo está mal, pero acabo de sufrir algo muy desagradable y necesito hidratarme.

La semana pasada fue una de esas en las que todos los días te levantas con el pie izquierdo y lo peor de todo es que te das cuenta de ello. El lunes me disponía a ir a clase cuando descubrí que el guardabarros de mi bici estaba roto, le pegue una patada y me colé en el tranvía, fin del problema. El miercoles comencé a utilizar el móvil como mp3 para escuchar música, a media tarde aparecieron unas rayas grises en la pantalla. Nunca más se volvió a encender. El jueves era el día, venían mis amigos de la “complu” de Madrid.

No podían contactar conmigo pues no tenía móvil, no podía recogerlos pues no tenía bici, así que le pedí a los amigos que dejaran un móvil y una bici para poder localizarlos. Cuando ya sabía donde estaban y estaba de camino mi pantalón vaquero favorito (el mas viejo y roto) se me enganchó en la bici produciendo estragos de los cuales no se repondrá nunca. Los encontré, fuimos a bebernos unas cervecillas y nos fuimos a casa a descansar. Ahí no iba a acabar el día. Al llegar a casa me esperaban varias sorpresas que supondrían un importante quebradero de cabeza.

Antes de entrar ya noté el ambiente algo viciado. Nada más hacer acto de presencia Liesa me dijo que Elodie había tenido un accidente y estaba en el Hospital. "¿Que le ha pasado? ¿Es grave?", me dijo que no tenía ni idea y que ella se iba de fin de semana a su casa. Me pidió el favor de que le cuidase el hamster (sí, un ratón) "échale agua cuando le falta y de vez en cuando comida". Esta petición resultó ser una de esas cosas que te entran por un oido y salen por el otro sin dejar el más mínimo rastro. A los 3 minutos se me había olvidado el ratón y solo podía pensar en que tenía la casa para mi solico.

Para colmo de males este fin de semana había en Leipzig una de las más importantes reuniones de góticos. ¿Que son los góticos?, pués esa gente que tiene la sana y fresca costumbre de vestir de negro incluso si van a Murcia un 10 de agosto y además se dan un poquito de colorete blanco para parecer pálidos. Lo más gracioso de todo es que dentro de esta tribu urbana hay varias ramas. Algunos van vestidos de época, con su enaguas, otros van con pinchos y uñates largos y luego también hay invertidos. Si, si, en el movimiento gótico también hay travestidos. He aquí un ejemplo claro.



Con el "run run" en la cabeza de tener que ir a ver a la francesa al hospital comencé el fin de semana de ocio con los amigos. Tras enseñar lo más bonito de Leipzig, pedir unas pizzas, hacer una tortilla francesa y beber cervezas nos plantamos en el sábado. Fuimos a Dresde, una ciudad preciosa, posiblemente la más bonita de Alemania. Pasamos el día andando y diciendo gilipolleces a mansalva. A eso de la 21:00 llegamos de nuevo a Leipzig, compramos un regimiento de salchichas y nos fuimos a hacer la cena.



Como estaba escrito nos fuimos a dar una vueltecica por ahí, "na", nos volvimos pronto, a las 07:30 o así estábamos durmiendo. Como teníamos que ir a Berlín nos recogimos pronto. A eso de las 13:00 nos levantamos a cual en peor estado y nos pusimos manos a la obra. Por casualidad se me ocurrió ver si tenía nuevos mensajes y efectivamente mi tez se tornó pálida por momentos. "Hola Juan, ¿Como va tu fin de semana?, ¿que tal está mi hamster?". Como si me persiguiera el demonio sali echando leches a la habitación de Liesa para ver si el hamster había soportado mi negligencia.
Al principio pensé que nó, que estaba fiambre, le pegue una patadita y de repente salió a jugar con su rueda esa que da vueltas.

Acto seguido y contento de mi suerte respondí el mensaje, "Todo bien, tu hamster está perfectamente, le cambio el agua y la comida a diario". Total, el ratón no le va a decir que ha estado a pan y agua cuatro días y así de paso quedo como un compañero de piso responsable y encantador. Para seguir con las buenas acciones me fui al hospital a ver a mi otra compañera de piso. Eso ya es arena de otro costal, ataviado con mi sombrero de estrella del pop hice entrada en el Hospital, pregunté a la enfermera y entré en la habitación de Elodie. Su aspecto no era nada bueno, con el pelo alborotado y algo aburrida parecía alegrarse de mi presencia.

Su aspecto y demás es lo de menos, había otras cosas mucho mas llamativas. Decía llevar 3 días estudiándose un Atlas, cuando yo llegué iba por Bolivia, esa parte no le gustaba mucho, dice que Brasil es mejor. Tras 4 días allí ya había decorado un poco la habitación a su gusto, aquí viene lo bueno. Frente a la cama tenía dos fotos de su perro, uno de esos blancos y horribles que parecen ovejas. Pero lo que más me llamó la atención fue la foto que tenía en la mesa supletoría.



Era muy antigua pero aun así me la jugue por hacer la gracia y buscar el escarnio. ¿Quien es ese?, ¿Tu abuelo?. Empezó a reírse con cierto aire de superioridad y me contestó "No, es Proust, mi escritor favorito". He de confesar que eso me dejó roto, sin recursos. Empecé a pensar que sería de mí si estuviera en su lugar, quizás pondría una foto de Maradona o de McEnroe. La verdad es que no le veía mucho sentido a eso de tener una foto del tipo ese que igual si lo hubiese conocido e habría caido mal. Me despedí con la educación de la que me han provisto mis padres y me fui a la estación para coger el tren a Berlín.

En Berlín un poco lo de siempre, mucho andar, mucho comer y poco más. Es una ciudad que no se puede ver en 5 horas. La verdad es que me he reido más este fin de semana que los últimos dos meses. Conversaciones rocambolescas, escatología fina y profesores ególatras, estos han sido los tres temas centrales del viaje. En Friedrichstrasse me despedí de ellos y se fueron para el aeropuerto, yo me volví al pequeño París. Sobre las 16:00 estaba en casa de nuevo, me di un agüica y me fui al hospital a llevarle el ordenador a la francesa que con tanto libro del tipo ese de la foto se va a quedar "idiota". Con las mismas le lleve el ordenador con 6 capítulos de la serie Robin Hood. Menos glamuroso que el tal "Proust" pero más entretenido y sosegado para situaciones de aburrimiento.

Ayer le dieron el alta, subió a casa, estuvo un rato y se fue de paseo. ¿A donde coño vas con la pierna rota? Al volver estaba cansada la pobre y la otra compañera de piso me pidió que la subiera. "¿Acaso tengo cara de celador o de camillero?" por humanidad la subí piso y medio. Lo peor de todo es que o por francesa (que los gabachos son muy gorrinetes) o por el tema de la pierna, no puede ducharse todo lo habitualmente que la higiene demanda. Al cargar con ella noté como ciertas toxinas emanadas de su cuerpo (generalmente salidas del ángulo obtuso creado por la unión del tronco y el brazo) viciaban el ambiente.

¿Sabéis que es lo peor de todo?. Que das mano y te cogen el brazo, esta mañana me han sacado de la cama a las 12:00 mientras dormía la mona para repetir la misma operación. Para terminar voy a poner una fotico de los cuatro que hemos dado un rápido y eficiente tour por lo mejor de la antigua RDA. Estamos subidos al Panorama Tower, el rascacielos de Leipzig, 120 metros o así. Nada espectacular pero con una muy buena vista.