sábado, 28 de agosto de 2010

Dos medidas que valoraría positivamente en un programa electoral

1. Devolver la repostería industrial a los colegios españoles. Se habla mucho de la prohibición de los toros en Catalunya, que si es una decisión tomada desde el revanchismo, que si sólo se prohíbe por ser un icono de lo español. Pero en cambio dice nada de la prohibición de venta de bollería industrial en los colegios españoles. Que viendo a las hijas de algunos políticos, podría ser que también se hubiese tomado desde el revanchismo.

Para un niño, un Bollicao representa el momento de mayor satisfacción de la semana y supone un acto de rebeldía en toda regla. Ya sé que es una mierda de acto de rebeldía comparado con esos suicidas que escuchan Pereza o el Canto del Loco, pero me habéis entendido. Yo me considero un fiel defensor de la repostería industrial en todas sus vertientes. No hay nada más hermoso en el mundo que un paquete de Donettes con la promoción que te regala dos unidades más. Que por cierto siempre está disponible en las tiendas de chinos.

2. El anterior es un motivo menor comparado con este. Esto más que una idea es algo que exijo se corrija ya porque me está haciendo la vida imposible. Pido a Gobierno encarecidamente que renueve el logotipo de los estancos. Me atrevería a decir que es peor ver ese logo que fumarse tres cajetillas diarias. Aquí lo copio, observadlo.



Se habla mucho del de Carrefour pero este es infinítamente peor. ¿Qué coño se supone que es eso? Parece un poco la primera idea que tuvo el tío que dibujó el casco que lleva el malo de “Les Tortugues Ninja” (Si si, es catalán porque yo las veía allá por 1990 en el Canal 9, que se pillaba cuando había buen tiempo en Albacete). Si es que hace falta bastante tiempo para saber que: 1. Ahí hay una “T” y que es de Tabaco. 2. Que lo de fuera, lo amarillo, intenta describir la forma de una hoja de esa misma planta.

Además, si te estás gastando un pastón en llenar de vías de AVE todo tu país, no creo que pase nada por hacer un concurso de propuestas gráficas. Si ya has cambiado el antiguo Renfe (que me da que los diseñó el mismo sinvergüenza), el de Correos y alguno más…si es que por parecer parece hasta franquista. Tomás Gómez tiene una buena oportunidad de cambiar el mundo si anunciase alguna de estas medidas, pero no lo hará. Resulta que les corre más prisa acabar con la corrupción.

miércoles, 25 de agosto de 2010

¿Por qué tengo pasar mis "tuppers" por ahí?

El otro día estaba en la estación de tren de Albacete dispuesto a coger el tren para volver a Madrid, que venía con retraso, como es habitual. Es habitual que yo coja ese tren y también que vaya con retraso, por puntualizar. Lo que no es habitual es que llevase una mochilla pequeña con ropa y una más grande con "tuppers" de especialidades variadas de mi madre. Tras enseñar el billete y el consecuente carnet joven, encaré la máquina de rayos x.

-Hola. Buenas noches.- Saludé al guardia de seguridad, que por cierto era árbitro cuando yo jugaba al fútbol en la categoría de alevín de segundo año.
-No, no. La otra bolsa también tiene que pasarla señor.- Me dijo cuando ya estaba para recoger la mochila.
Aiba! Se me había olvidado.- Me quedé pensando un rato y volví a la carga.
-Pero Floro (como se llama el individuo, que dicho sea de paso, nunca ha tenido muchas luces) esto son "tuppers" de mi madre.-
-Nada, nada, eso tiene que pasar por el scanner.- Empezaba a ponerse intransigente, y jode bastante cuando una persona que es así cortica se te pone chulo.
-Vamos a ver, pero qué necesidad hay de dar un baño de uranio al pollo con almendras de mi madre. ¿Qué medida de seguridad es es?.- Y ya no sé cómo seguir...

sábado, 14 de agosto de 2010

El día que sin querer me convertí en un director de recursos humanos muy especial

Alquilar piso es parecido a echarse novia. Tiene que pasar un tiempo para que conozcas sus defectos, su cosas buenas y sobre todo… quien ha estado ahí dentro antes. Hace algo más de un mes que he alquilado un piso con unos amigos y esto es lo que ha pasado:

Yo siempre he dormido a prueba de bombas, podría tener a media Suráfrica tocando la vuvuzela que aún con esas echaría más de doce horas grogui. Al principio estaba yo solo en el piso, tengo la “suerte” de ser el único que trabaja en verano. Pasaron unos días y me daba la sensación de que alguien llamaba a casa por la noche, tocaban al timbre y se iban. El típico gamberreo de niños, pero a las cuatro de la mañana.

Pasó un tiempo sin ocurrir, o al menos que yo me enterase, pero a la semana los timbrazos volvieron. Una noche en la que dejé de beber CocaCola sin cafeína decidí coger el telefonillo.

- ¿Si? ¿Quién es?- Dije con voz despejada y bastante clara.-
- ¿Es aquí lo de las chicas?- Soltó una voz de estas así roncas de hombre pueblerino de metro setenta, entradas y camisa de seda.
- ¿Qué dice señor?- No lo había entendido muy bien, aunque igual no quería entenderlo.
- ¡Es que se escucha muy mal esto! Venga, abre ya, que traigo los sesenta euros preparados.- Esto si que no lo entendí, lo narro así porque supongo que sería lo que dijo.
- Espere señor, que salgo y hablamos por el balcón- Salí como uno va por casa en verano, en calzoncillos y una camiseta vieja.- ¿Qué quiere a estas horas hombre? Que ya estoy hinchao de que llaméis a estas horas.-
- Ay pájaro… ahí en calzones. ¿Acabas de terminar la faena o qué? Ábreme venga, que la última vez que vine eran tres, alguna tendrás libre ahora mismo.- Ya me olía mal la cosa. El tío era además de estos que tienen varias verrugas por las cara. Colocadas al azar, como si fuesen minas.
- ¿Tres qué? Pero no ve que yo estaba intentando dormir.- Ya se me notaba medio enfadado y más viendo que el señor este con tantas verrugas se me quería meter en casa.
- Pues tres chicas, que va a ser. Pero nada, si están las tres ocupadas me voy. Dilas que ya volveré mañana, que la mujer se ha ido a la playa con dos amigas.- Ahí acabó la conversación. Con ese “dilas” que me ha dolido escribir por dos veces. Sabía por donde iba, pero creí que se habría confundido de calle, piso, casa, ciudad o verruga.

Tres semanas después veo que me llega un mensaje en Facebook de uno de mis compañeros que estaba veraneado:

Juan, acabo de encontrar más de 1200 entradas de Google sobre nuestro piso. Antes era una casa de esas que se dedican a repartir felicidad. PD. Eran tres canarias, 60 el completo. No lo hagas por menos, que la finca debe mantener su caché. Jajajajaja!!

El caso es que me resultó raro que todas las habitaciones tuvieran cama de matrimonio.