miércoles, 5 de mayo de 2010

Esos asientos que casi nadie quiere...

Cada vagón del tren Arco (ya mencionado con anterioridad aquí) tiene 24 filas de butacas. Ubaldo Fernández tuvo la mala fortuna de ir a caer en la fila 12, la peor de todas. Además de ir en contra de la marcha, tenía que aguantar frente a él a dos personas durante las más de seis horas de viaje que tenía hasta Málaga. Para una tipo normal no habría supuesto ningún problema más allá de lo estomagante del viaje, pero para Ubaldo resultó peor que un ciclo homenaje a la obra de Garci. Ubi, como le llaman sus amigos, venía puesto, venía del Viñarock 2010.

No es que viniera de empalmada o sin dormir, es que Ubi se había comido la última pastilla mientras esperaba al tren. La confundió con un Smint de esos que también son chicle que llevaba en el bolsillo izquierdo de su chaqueta. Conforme avanzaba el viaje a Ubi le empezaba a parecer todo más barroco y extraño. Primero se fijo en su compañero de al lado, un chaval rubio y trajeado, no paraba de enviar cosas con blackberry. No paraba de preguntarse cómo ese tío con tan buena apariencia viajaba en esa mierda de tren.

El chaval trajeado sacó entonces un maletín bastante misterioso y empezó a buscar algo con mucho ahínco. Ubi miraba de reojo, la ansiedad le podía mientras sus rodillas no paraban de moverse de lado a lado. Al final encontró el tan preciado tesoro y lo sacó a la luz, a continuación sacó un portaminas y dejó ambas cosas sobre la mesa. Lo abrió y empezó a escribir sobre él. "No puede ser que este tio esté dibujando la silueta de una golondrina de un cuadernillo 'Rubio' de nivel iniciación" pensó Ubi después de tener visión directa.

Se frotó los ojos y miró a los dos que iban frente a él. Llevaban camiseta sin mangas y portaban un perrete que a simple vista parecía algo más limpio que ellos. Uno llevaba una gorra de rejilla de la "Caja Rural" y el otro... a Ubi le entraron muchas ganas de hacer pis y nos quedamos sin esa parte de la descripción. A su vuelta se habían cambiado de sitio y parecía que ocultaban algo. Se les veía nerviosos y mirando a todos lados. A Ubaldo le empezaba a bailar la mandíbula y necesitaba saber con qué trapicheaban esos dos perroflautas.

Con muy pocas neuronas de servicio, Ubi pensó un plan para que esos dos le enseñaran lo que tramaban. "Voy a ofrecerles una pastilleja, que creo que me queda una. La partimos y nos descojonamos un rato" pensó seguro de si mismo. Se acercó con sigilo y toco al de la gorrila en el hombro.

-Hola... venía a ofreceros esto.- Ubi se sacó la mano a escondidas y enseñó lo que tenía. Vio que era un Smint de chicle y le empezaron a entrar los calores.
-¡Hostia tio! Cojonudo qué bien nos viene, eres un puto crack, muchas gracias. Espera, que te damos de lo nuestro.- Ubaldo no pilló la reacción, era todo muy raro. Acto seguido, los dos perroflautas se abrieron y le enseñaron una bolsa gigante de ositos gominola de Haribo.
-Toma... para entera, que nosotros ya estamos muy colocados.- Le dijo el que no pudimos describir porque Ubi se fue a hacer pis.

Cogió la bolsa y se volvió a su sitio. Su vecino había pasado de nivel y estaba uniendo números para intentar describir el contorno de un pavo real, pero la parte de las plumas lo traía de cabeza. En ese momento alguien tocó el hombre de nuestro personaje.

-Por favor, el billete.- Ubi se dio la vuelta y vio al típico bacaladero valenciano; camisa naranja de "Pit Bull", esclava en ambas muñecas y peinado modelo cenicero.
-Si si... claro, aquí tiene.- Dijo Ubi acojonado. Se lo sacó por internet y puso la tarifa de carnet joven pese a tener 33 años. Algo no iba bien...
-¿Se puede saber de qué se rie?.- Espetó Ubi algo mosqueado. El revisor cada vez se reía más.
-Claro que se puede, ahora mismo se lo digo. Pero no le va a sentar bien esto. Pues que estamos llegando a Tarragona y aquí dice que usted va a Málaga.- Ubi dió un gran respiro y reposo la cabeza de nuevo contra el asiento.
-Ahhh... menos mal. No pasa nada. Pensaba que era por lo del carnet joven.-

3 comentarios:

Pablo dijo...

Plas, plas, plas. Gran texto. Lo mejor, el cuadernillo Rubio!

Dulcinea de la Mancha de Todos dijo...

muy bueno, siempre bueno................, gracias por escribir, ya creíamos que te habías retirado, estupendo, pero el chico trajeado es muy hacendoso con su caligrafías "Rubio", no como otras que me sé yo, que tienen las caligrafías guardadas sin hacer deberes.......... te recuerda a alguien?, sigue escribiendo, por favor

Anónimo dijo...

Me encanta que no podamos saber cómo era el otro porque Ubaldo se fue a mear.