martes, 18 de mayo de 2010

El guardia de seguridad que retó a Picasso

Domingo Expósito está atravesando momentos complicados. Su empresa, Penesegur, encargada de la seguridad del Museo Picasso de Barcelona, le ha abierto un expediente y le ha suspendido temporalmente de empleo y sueldo. Domingo no escogió ser guardia de seguridad, simplemente se le da bien y le gusta porque es cómodo. Él nació para ser futbolista, incluso llegó a fraguarse un nombre en los juveniles del Barça. Siempre jugó de delantero y sus compañeros le llamaban "Charnegol" por su negligencia y desidia a la hora de hablar catalán.

En su casa nunca se habló catalán, sus padres, jienenses de toda la vida, había heredado unas fincas con olivos con las que iban tirando. "Charnegol" llegó a los 18 años siendo una de las promesas más firmes de la masía del Barça, pero allí empezó su calvario. Varias fístulas en la cara interior del esfinter y continuados problemas de hemorroides lo alejaron poco a poco de los terrenos de juego. Tras sendas operaciones, el doctor del Barça le recomendó un empleo más pausado hasta que las heridas cerrasen.

El berrinche fue tremendo, apenas pasaron dos años y Domingo ya pesaba 120 kilos. No podía vivir sin el fútbol y eso le estaba 'matando'. Se entregó de lleno a la respostería industrial y se convirtió en una persona muy sedentaria y casera. Sus padres tomaron cartas en el asunto y hablaron con un amigo de la familia que trabajaba en recursos humanos de Penesegur. Los principios fueron muy duros, el primer destino de "Charnegol" fue Tordesillas (Valladolid) allí trabajó más de dos años en el Museo del Encaje.

Tras un breve pero feliz paso por el Museo de las Ciencias de Cuenca, por fin le llegó el burofax que lo devolvería a Barcelona, su casa. El destino era el Museo Picasso. Las celebraciones duraron bastante tiempo, no se lo podía creer, iba a jugar la Champions League de los guardias de seguridad. Domingo lleva cinco años, dos meses y siete días trabajando ahí, hasta que Barcelona decide copiar la iniciativa francesa de "La noche de los museos". Consiste en un sábado al año en el que abren todos os museos y encima gratis.

Nadie de seguridad quiere trabajar ese día, y mucho menos "Charnegol". No hay horas extras y lo más seguro es que el tijeretazo de Zapatero también les afecte a ellos. Para dirimir el problema, los cuatro guardias de seguridad echan una partida de parchís a "cara de perro". A "Charnegol" le hacen un puente, le comen las fichas y pierde la partida, le tocará trabajar ese día. Su puesto, la garita de la sala adyacente al salón donde se exponen todas las meninas de Picasso.

Una pareja de Zamora entra al museo después de más de 20 minutos de cola. "Cómo le gustaban las meninas a Picasso, hizo unas cuantas" le comenta uno a otro..."joder... ¿has visto esa cola? Ahí seguro que hay algún cuadro de los más conocidos" le responde el otro impresionado por la multitud. Salen de la habitación y el gentío no les deja ver nada. "Levante 2- Las Palmas 1, Huesca 0- Rayo Vallecano 1" se escucha levemente entre el murmullo.

Poco después aparece el director del museo. "Domingo, lo siento mucho pero esto no puede seguir así. Sabes que está prohibido ver Estudio Estadio en el museo, que dejas a Picasso en un segundo plano. Lo siento mucho pero tienes que marcharte, tienes 72 horas para dar las explicaciones pertinentes."

2 comentarios:

Dulcinea dijo...

Me ha encantado el nombre de la Empresa de Seguridad de Charnegol.........
Sabes que está incleiblemente bien... ah! la mención a las partidas de Parchis también me ha emocionado mucho, bueno ya lo sabes....... de la Mancha.

Isa (Juan y Medio) dijo...

Le sacas punta a to, jodío!!!
La madre que te parió... ;)