lunes, 12 de octubre de 2009

Mi primer viaje de novios

Había leído que el vuelo Albacete-Barcelona tenía habitualmente un 65% de ocupación. En aviones de 50 plazas esto quiere decir que montan a diario unos 30, siendo generosos. Hoy era el día señalado, el día en el que yo cogía ese avión, el día del Pilar. Pensaba que no seríamos más de 3 ó 4 abordo. Qué clase de inútiles se van a Barcelona un día de fiesta pudiendo irse tranquílamente el día 13.

La otra cosa que había leído es que se trata de un vuelo para gente de negocios que necesita ir y volver en el día a Barcelona. En mi cabeza tenía un avión lleno a rebosar de comerciales y empresarios de la cuchillería. El control del aeropuerto hasta arriba, con la Guardia Civil abriendo sin para maletines con muestras de cuchillos; jamoneros, de sierra, para untar, de pescado, de los que llevan el mango de maderica...

Pues al final, al único al que le han hecho abrir la mochila ha sido a un servidor. Ni industriales de la cuchillería ni nada, a mi. "Disculpe, ¿lleva una 'plaistaisión' o algo así?", eso me ha dicho el operario de seguridad para abrir mi maleta. Llevaba el portátil y el disco duro, no es una 'plaistaisión', pero el hombre no andaba desencaminado. Desde luego que era todo un profesional de lo suyo, pese a no controlar más de quince mochilas al día.

Luego también ha caído en la cuenta de que llevaba un líquido. "¿Esto qué es?"...pues no lo ves, un gel de estos de alcohol para lavarse las manos contra la gripe A. "Esto está muy de moda ahora, además tiene el tamaño reglamentado para volar". Ahí hemos zanjado la discusión, se ha callado y me ha dado la razón.

Con tanto trajín, he sido el último en subir a la aeronave. Incluso la única azafata me ha metido prisa "¡venga! que te quedas en tierra". Una vez dentro del aparato, no he visto más que asientos vacios. Había 14 filas y la gente se encontraba apelotonada en las últimas cuatro. "Bien apretadicos nos han puesto. Igual es que no les funciona la calefacción" he pensado en voz alta mientras me sentaba en el asiento 14D (pasillo).

Conforme hemos despegado y el sueño se apoderaba del pasaje, yo me he ido fijando en las gentes con las que compartía vuelo. Y efectívamente, ningún hombre de negocios: solo 3 señoras, catalanoparlantes de unos 50 años. He pensado que habrían cogido el avión en Albacete porque tendrían familia en Campo de Criptana o incluso en algún pueblo de Cuenca. El resto del vuelo estaba formado por 4 parejas.

Y han hecho muy buenas migas, las cuatro iban a Barcelona para coger el mismo crucero. Barcelona-Genova-Corcega-Cerdeña-Sicilia- y no sé donde más. Las tres señoras de Campo de Criptana iban durmiendo y yo era el único de mi fila que mantenía el tipo. En ese momento una de las parejas se ha dirigido a mi "¿Y tu? Vienes con la familia al cruzero, ¿no?" señalando a las tres criptanenses. "No, no, esta de aquí, la más delgadita es mi novia. El amor, que no entiende de edades. Las otras dos son sus hermanas, no se fían mucho de mí. Están empeñadas de que estoy con ella solo por sus viñas en Campo de Criptana".

Casi hubiese preferido a los cuchilleros.

4 comentarios:

Javier Sánchez dijo...

Sigues siendo mi grande Jan.

Pablo dijo...

Míticos aeropuertos de provincias: una terminal, un par de pistas, los empleados tomándoselo todo con calma infinita...

omega dijo...

jajajajajajaja ENORME

Anónimo dijo...

Tu lo ves como yo.. Lo estás viendo, vaya destreza! Continúa....