lunes, 21 de septiembre de 2009

Hay cosas que no soy capaz de entender...

La feria de Albacete me ha brindado una fantástica ocasión para estudiar las costumbres de las gentes. Principalmente las gentes de aquí, de Cuenca y de la Comunidad Valenciana, que son las que en mayor medida se dejan caer por estos lares. Los refranes, los refranes son la leche. Nunca he sabido por qué al refranero nunca se le ha otorgado un Premio Cervantes o incluso un Príncipe de Asturias, el hecho de que sea anónimo no le debe privar de esos beneficios. Si luego se lo dan a Carl Lewis y es incapaz de venir...pues anónimo tampoco va a recogerlo, estamos en las mismas.

Mucho mejor que un refrán clásico es un refrán traducido a las costumbres de la zona. Me explico con un ejemplo que espero aclare la situación. Yo hasta el momento había escuchado "Hasta el rabo, todo es toro" o "No vendas la piel del oso antes de cazarlo", por lo que aprendí en bachillerato, creo que la idea principal es la misma. El otro día, aparece un individuo por mi izquierda en la feria, y voceando le dice al de al lado "Ehhh...no te anticipes, que hasta segar 'toes' hierba". Sobra decir que me aquello me maravilló.

Otra buena muestra es el ya clásico de "Tendrá que ver el tocino con la velocidad" o "lo de no mezclar las churras con las merinas"...aquí no tengo tan claro que ambos tengan la misma intención, pero vamos, que tenía que poner dos ejemplo y no se me ocurre nada mejor. Ahora el autóctono, lo escuché hace ya años y por ello quizá ha tenido algo más de difusión; "qué tendrán que ver los cojones 'pa' comer trigo".

Visto lo visto llego a un par de conclusiones. Para una buena reelaboración manchega de un refrán, el componente rural es básico. Hay que meter algún cereal u objeto relacionado con el campo. Esto se ve muy bien en el piropo "Estás más bonica que un remolque recién 'pintao'". La segunda observación tiene que ver más con su correcta aplicación. En ferias o verbenas puedes hacer uso de ello, pero de ningún modo son efectivos en una noche de sábado. Me imagino la cara que puede poner una fina chica del Barrio Salamanca después de escuchar semejantes improperios...

Y sí, hay cosas que no entiendo. En cualquier feria que se precie se dan mucho las comidas de empresa. Esas charlotadas en las que uno de los trabajadores de menor rango sustituye al jefe, para erigirse en líder de la manada en lo que dure el bombardeo al estómago. Este personaje, sabio y bufón, elige un sitio, lleva la voz cantante y es el encargado de pedir la comida ante el bullicio de la feria.

-¡¡Niceto!! Ponnos tres de guarra, dos de jamón serrano y otros tres mixtos de chorizo y morcilla. Espera, espera...¡va!, sácanos también un par de rabo frito y otras dos de oreja. Ahora si eso te pedimos más.- El hombre que le atiende es cuñado de su cuñado y electricista de profesión. En feria deja la electricidad para ocuparse de su puesto con el que se saca un pasta bárbara.

Cuando Niceto ya ha hecho el favor de colar al cuñado de su cuñado, sabio y bufón, pagan la cuenta y toda deuda queda saldada.

No entiendo cómo puede haber alguien tan sumamente idiota para volver a la barra y decirle a Niceto que si tiene Coca-Cola Light. ¿No te has dado cuenta del festival de colesterol del que estás siendo participe? Puedes beberte una garrafa de aceite de oliva que va a ser lo más ligero que te eches a la boca en esta comida. No me vengas con gilipolleces de Coca-Cola Light...

1 comentario:

Unknown dijo...

Si es que donde esté la Coca Cola Zero... Genial, Juan