Hay bastantes paradojas en la vida. "Un líder anarquista", "un homosexual que vota al PP" o "un manifestante de una plataforma 'Provida', en contra del aborto pero a favor de la pena de muerte". La última gran paradoja es la de la campaña "Esto lo arreglamos entre todos". No veo yo del todo ético darle la carta de despido a un tío y que luego salga Angels Barceló (que cobrará para contratar a cinco o seis 'mileuristas' sólo para que le limpien las orejas) diciendo que esto con que nos pongamos un poco de acuerdo lo apañamos.
El otro día tuve la oportunidad de charlar un rato con un visionario. La persona que ha empezado la campaña "esto me lo arreglo yo..." Esta imagen resume bastante bien su idea de negocio.

A partir de esto, se me han ocurrido algunas ideas para potenciar el volumen de
beneficios de este innovador y
prostituto sistema. Aunque tampoco tanto, como
veis en la imagen el precio del voto disminuye según la afinidad con ese partido.
1. Cambiar la Constitución: acortar las
legislaturas a 15 días o tres semanas. Cuatro años es mucho tiempo y vendiendo un voto cada cuatro años no hay quien salga de la crisis.
2.
Multicenso: que hay elecciones andaluzas, pues en
Begijar (Jaén) que te censas. Que hay vascas, a
Irún. Gallegas... pues en el primer pueblo de
Orense, tampoco hay que llegar a
Finisterre tal y como están las carreteras. ¡Ojo!... lo mismo con las municipales. Con tanto mareo se puede
traspapelar algo del censo y tener la opción de votar el mismo día en Alcázar de San Juan,
Tomelloso y San Clemente. La disponibilidad para viajar es importante.
3. Ampliar el negocio también a
referéndum y elecciones europeas.
4. Pedir cualquier
nacionalidad de otro país por si suena la flauta. Puede multiplicar por dos las ganancias del sistema.
Caso Real: este conocido me comentó que en las últimas elecciones ya puso el método en acción, pero no con una lista de precios, sino modo subasta clásica. El ganador
dio 13 céntimos. De ahí que el precio más bajo sea 14. Por un tema de inflación, todo está pensado.